• Procedente del Banco de Alimentos y con la colaboración voluntaria de las organizaciones sociales -ONG Haurralde y AGISAS-
El Club Askatuak se suma desde su sede al reparto de comida a familias necesitadas y de escasos recursos
Concluye un año difícil para todos pero los ejercicios de solidaridad realzan al ser humano y -así- el Club Askatuak de Baloncesto ha puesto a disposición de las organizaciones sociales sus efectivos humanos y su infraestructura, con el ánimo de que la llegada del invierno sea algo menos dura en el seno de muchas familias necesitadas y carentes de recursos.

Hace unos días una decena de miembros del Club y de la ONG Haurralde se reunieron en el Local Social del Club Askatuak, en el donostiarra Paseo de Anoeta Nº 22, para proceder a organizar y a preparar los alimentos a distribuir entre un centenar y medio de familias sin recursos y con grandes necesidades.
Durante la jornada matutina, los componentes de Askatu y Haurralde recibieron ante nuestras instalaciones la llegada de las furgonetas cargadas de comestibles provenientes del Banco de Alimentos.
Una vez que llegaron los mismos, procedieron a las tareas de descarga y a meter las cajas de alimentos en el local social del Club, donde ya tenían preparadas las mesas para poder iniciar a distribuir la comida según el tipo de que se tratase, siguiendo las indicaciones de la responsable de la ONG Haurralde -Julieta-, que en todo momento dirigió con criterio cómo hacerlo.
Posteriormente, llegaron y se sumaron a las labores otros voluntarios de AGISAS (Asociación Gipuzkoana de Integradores Sociales y Animadores Socio Culturales) para proceder a montar las cajas de alimentos que se distribuirían a cada familia.
Tras una breve presentación de tod@s l@s voluntarios/as, y tras degustar un pequeño aperitivo ofrecido desde la organización, procedieron todos a montar las distintas cajas de alimentos, siguiendo las directrices que también Julieta proporcionó sobre la composición de cada una de las familias: Número de adultos y número de hij@s, así como su edad.
Un trabajo que como manifestaron los participantes -todos ellos voluntarios- resultó “muy entretenido y gratificante en el sentido de que te tenías que poner en la piel de las familias y analizar sus posibles necesidades para poder hacer cada caja de la manera más acertada posible”.
Tras la preparación de las cajas y la llegada de nuevos grupos de voluntarios/as, se inició durante la tarde la entrega a las familias que con emoción y agradecimiento recogieron su correspondiente lote de alimentos.